sábado, 10 de noviembre de 2007

si


si estoy vacía de cucharas
los ojos que me miran desde el plato
son el hambre de un niño que no conozco.
y aunque me duela la espalda de vértigo
no llego a comprender el terror que supone
no saber si van a matarte los golpes
o si va a ser el miedo o la falta de oxígeno.
las manos las tengo tan blancas
como el recuento de las veces
que he necesitado algo que no he tenido.
y a mi nadie me cubre la cara,
ni me escupe sin que le mande a la mierda,
ni me obliga a acostarme con nadie.
si me tiembla la culpa
es porque he bebido de las aguas más sucias
y no he hecho nada por evitarlo.
y aunque sea todo tan complicado que se me escapa
y aunque esté todo tan repodrido que nos contagie
ninguno de nosotros merece la pena
si les dejamos hacernos creer lo que inventan,
si no enarbolamos las ganas con nuestra vida
y vamos cambiando muecas a base de sonrisas
y vamos pegando gritos que les dejen secos
y vamos con los ojos mudos pero bien abiertos.
si estoy quejosa de la vida siempre recuerdo
que son mis manos las que van moldeando los momentos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas gracias.
sabía que vendrías

carmen dijo...

Bienvenida Isabel....Muy emotivo. Es cierto tienen que gritarnos a veces para volver la vista hacia el horro, la injustica..hacia nuestras vergüenzas.Actuar resulta fácil entonces si comprendemos.
Un abrazo